
Schreber protege su cabeza, la razón: es bombardeado por los
rayos divinos. Intenta librarse de ellos dirigiendo los rayos a sus pies, para
ésto, noche tras noche, los expone a la lluvia y el frío a través de los
barrotes de la ventana de su habitación. Los psiquiatras disfrazando su
veleidad de filantropía, no tienen mejor idea que, para protegerlo del frío,
hacer colocar pesados postigos en la ventana. Shcreber enfurece. Iatros-genia.
" Los médicos actuaron sin saber nada de lo que pasaba, y en especial que
estaban contribuyendo a exponer su razón al peligro, que se situaban así
activamente en el mismo lugar de los enemigos de Schreber... y de Dios"
Versión libre y acaso furibunda de un extracto del libro de
Jean Allouch "Schreber teólogo". Último párrafo textual, pag. 36.
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